El ser humano desde sus orígenes ha convivido con el paisaje natural y cultural, construyendo el concepto de mundo, nuestros mundos transitan entonces entre lo físico y lo imaginario. Nos encontramos con el territorio inmediato, nuestros lugares que se han vuelto territorio de exploración. A su vez, encontramos un territorio externo, el exterior, conformado por la comunidad y el entorno natural. Asimismo, también, creamos territorios que conforman mundos imaginarios, realidades ficticias donde encontramos criaturas fantásticas que mezclan lo humano con elementos naturales y que contribuyen a la armonía en nuestro mundo.